Un alegato por el software liviano, u "Old man yells at cloud"

Aceptada

La ejecución de algunas aplicaciones de propósitos simples llega a requerir enorme cantidad de recursos, debido a un fenómeno de aumento en el volumen de software y disminución de su calidad. Para cumplir con sus promesas fundacionales, las comunidades de software libre deben orientar su trabajo hacia software menos inflado, más sencillo y robusto.


Tipo: Talk / Charla

Nivel: Principiante

Disertantes: Enrique Chaparro

Biografiá del Disertante: Enrique Chaparro estudió matemática pasando por un trío de universidades, pero por los azares de la vida o la necesidad de pagar las tostadas del desayuno y el alimento del Braulio lleva unos treintaytantos años dedicado a la seguridad de los sistemas de información. Un viejo (no solo en el sentido de "desde hace tiempo") usuario y promotor del software libre, y programador mediocre pero testarudo. Activista por los derechos fundamentales en el entorno digital, miembro de Fundación Vía Libre casi desde su inicio, sus proyectos actuales incluyen generar material de referencia sobre seguridad y privacidad en el terreno del aprendizaje automático.

Horario: 11:30 - 12:30 - 27/04/2024

Sala: Aula 1

Etiquetas/Tags: free software programming obsolescence environmental impact

Descripción completa

Como dijera hace largo tiempo Tony Hoare, "hay dos métodos para diseñar software. Uno es hacer el programa tan simple que obviamente no haya errores. El otro es hacerlo tan complicado que no haya errores obvios." Lo malo del caso es que en general hemos escogido el segundo camino. El estado actual del software es espantoso. Enfrenta una encrucijada que ya señalaba Niklaus Wirth hace 30 años: el efecto inflacionario. Paquetes de 350 MB para dibujar grafos, aplicaciones que hacen cosas simples con 2790 dependencias... esto se ha salido de cauce y genera graves problemas de seguridad. Las comunidades de software libre han perdido la batalla por hacer más racional el uso de recursos, y adhieren alegremente a este fenómeno de 'mucho y mal'. Aplicaciones más infladas implican mayor uso de recursos, y esto retroalimenta la obsolescencia programada. Esta no es gratuita: además de los problemas de seguridad, genera un _enorme_ impacto ambiental. El mundo genera demasiado código, la mayoría de terceros, a veces no intencionado, la mayoría sin inspeccionar. Por eso existe una enorme superficie de ataque llena de código mediocre. Se hacen esfuerzos para mejorar la calidad en sí, pero muchos exploits ataques se deben a fallas lógicas, y se ha avanzado poco en su detección. Mientras tanto, se podrían hacer grandes progresos reduciendo la cantidad de código que exponemos al mundo. Esto tal vez aumentará el tiempo de comercialización de los productos, pero a la vuelta de la esquina hay regulaciones que deberían obligar a los proveedores a tomarse la seguridad más en serio. En esta charla abordaremos el problema, y veremos que caminos posibles tienen las comunidades de software libre para salir del laberinto. Podemos probar (y creo que tenemos el deber como comunidad de hacerlo) que aún se puede ofrecer mucha funcionalidad a partir de una cantidad limitada de código y dependencias. Con esfuerzo y legislación, quizá el futuro pueda traernos abridores de puertas de garage por debajo de los 50 millones de líneas de código. Intentémoslo.